¿Quieres proteger el medio ambiente? ¡Las legumbres te echan un cable!

Se dice que la llamada cultura healthy está de moda pero va mucho más allá del puro postureo en la cocina. Practicar un estilo de vida saludable es llevar una alimentación equilibrada basada en productos naturales y de temporada.

Ya sabes que entre las muchas razones para volver a comer legumbres están sus propiedades saludables, pero ¿sabías que además ayudan a mejorar la salud del planeta? Elegir cómo llenamos la cesta de la compra también tiene un impacto global, y apostar por las legumbres es contribuir a proteger el medio ambiente. ¡Descubre por qué las legumbres son tan amigas de la naturaleza!

El cultivo de legumbres mejora la biodiversidad

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La variedad de especies animales y vegetales que se relacionan entre sí en un medio ambiente es la biodiversidad que forma un ecosistema. Cuando el ser humano interfiere en un espacio natural puede modificar y perjudicar ese medio, por ejemplo una agricultura descontrolada, pero el cultivo de legumbres ayuda a mejorar esa biodiversidad.

Y lo hacen desde la propia semilla, ya que durante su crecimiento liberan sustancias como nitrógeno y fósforo a la tierra, que sirven de alimento a otras plantas. Al germinar y desarrollarse también aumentan la actividad microbiana del suelo, haciendo que sea más fértil y rica para otros organismos.

Los agricultores evitan que el suelo agote sus recursos con plantaciones intercaladas, y las legumbres juegan un papel clave en la rotación de cultivos. Así se consigue diversificar un campo, evitando las plagas de insectos y otros problemas. Por ejemplo, si un productor cultiva zanahorias después de la cosecha de alubias, la tierra se mantiene activa y rica en minerales, y la verdura se beneficia de los nutrientes que dejaron las legumbres en el suelo.

Ayudan a combatir el cambio climático

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Cada vez somos más gente en el mundo y estamos llevando los recursos naturales al límite. La temperatura del planeta está aumentando y podría tener consecuencias muy graves, por eso es una prioridad de todos frenar el cambio climático. ¿Quieres colaborar desde casa a combatirlo? ¡Pues sigue disfrutando de tus legumbres!

No solo su producción es sostenible, también se han revelado como grandes aliadas para hacer frente al cambio climático. Por ejemplo, la diversidad genética de las legumbres permite seleccionar las semillas más resistentes a cada clima. Ya hemos visto que hay incluso legumbres capaces de resistir en el desierto, y ciertas variedades pueden adaptarse al cambio climático, soportando incluso las situaciones más adversas.

Además las plantas de las legumbres albergan en sus raíces unas bacterias beneficiosas que son capaces de retener una parte de carbono de la atmósfera, cuando los niveles e CO2 del aire son muy elevados. Y esas mismas bacterias son las responsables de que las legumbres liberen nitrógeno a la tierra en la que crecen, por eso no necesitan tantos abonos como otros cultivos, que en muchos casos son contaminantes.

Y eso no es todo, también permiten ahorrar agua a nivel más global ya que durante su producción se consume mucha menos agua que la necesaria para obtener fuentes de proteínas animales. Para que te hagas una idea, producir un kilo de legumbres necesita unos 1.250 litros, mientras que para obtener un kilo de carne de pollo harán falta 4.350 litros de agua, ¡y hasta 13.000 para un kilo de carne de ternera!

Sostenibles, versátiles y accesibles

Cuando la FAO declaró el 2016 como el Año Internacional de las Legumbres lo hizo no solo por su gran valor nutricional, también se quiso poner en valor su poder como cultivo sostenible y accesible para cualquier persona. ¿No te cansa un poco la moda de las superfoods rarísimas a precio de oro? Lentejas, alubias y garbanzos sí son auténticos súperalimentos asequibles y al alcance de todos.

Un solo paquete de legumbres cunde muchísimo y permite preparar todo tipo de platos variados para enriquecer nuestro menú. Por eso las encontramos en los platos más tradicionales de muchísimas culturas diferentes, son la base esencial de cualquier dieta, por exótica que nos parezca. Y otra gran ventaja que tienen es su larguísima conservación, ya sean secas o en conserva, evitando así el desperdicio alimentario. ¡Otra forma más de proteger el planeta!

Y también es una forma de beneficiar al agricultor más pequeño, que nunca tendrá que preocuparse de que su cosecha se eche a perder si no logra venderla rápidamente. Puede almacenar las legumbres sin problemas e incluso guardar una parte para la despensa de la familia. Incluso las propias plantas se aprovechan: hojas, vainas y tallos se emplean como forraje para los animales de granja, mucho más nutritivo y ecológico que el pienso.

Seguro que nuetros abuelos no sabían que estaban ayudando al medio ambiente cuando preparaban sus pucheros y cocidos cada semana, pero ahora tú ya tienes otro motivo más para disfrutar de las legumbres. Ricas, versátiles, buenas para ti y amigas del planeta, ¿qué más se les podría pedir?