Las legumbres como alternativa para el ahorro de agua en la agricultura

La agricultura sostenible se vislumbra como una de las herramientas claves para lucha contra el cambio climático que ya nos afecta, especialmente para el objetivo del ahorro de un bien tan escaso como el agua.

España se ve afectada por períodos de sequía cada ocho o diez años, aproximadamente. Con consecuencias directas e inevitables en la agricultura. De ahí que sea tan importante la apuesta por una agricultura sostenible basada en cultivos que propicien el ahorro de agua.

Pero, ¿qué es exactamente la agricultura sostenible?  ¿Qué papel juegan las legumbres en esta sostenibilidad? ¿Lo ecológico es sostenible y lo sostenible ha de ser ecológico? De todo eso te vamos hablar hoy… ¡No te lo pierdas!

 

¿Por qué las legumbres son la alternativa para conseguir un ahorro de agua en la agricultura?

Una de las grandes ventajas que arroja el cultivo de legumbres reside en la poca cantidad de agua que se necesita para su producción… Y es que, ¡ojo al dato! La FAO (la sección de la ONU para la Alimentación y la Agricultura) estima que el 70% de la huella hídrica del mundo -es decir, del agua que se consume- está asociada con la producción de comida, ya sea de origen vegetal o animal.

Las legumbres son fuente de proteínas; sin embargo, mientras que para cultivar 1kg de lentejas basta con emplear unos 50 litros de agua, para conseguir la misma cantidad de una proteína animal puede usarse una cantidad entre 100 y 300 veces mayor.

Es decir, que no solo son una opción interesante desde un punto de vista nutricional; si no que desde una perspectiva de producción es uno de los cultivos más sostenibles y que más ayudan a minimizar la huella medioambiental durante su producción, gracias a este ahorro de agua y a que contribuyen a preservar la biodiversidad del suelo.

 

¿De qué hablamos cuándo nos referimos a ahorro de agua y agricultura sostenible?

Al referirnos a agricultura sostenible se hace mención a todas esas prácticas que favorecen que este tipo de trabajo y cultivos se mantengan a lo largo del tiempo, como el ahorro del agua; de forma que, como el propio nombre ya nos hace intuir, sea una actividad que pueda sostenerse a lo largo de los años, tanto desde un punto de vista económico, como también medioambiental.

En este sentido, la agricultura sostenible busca encontrar ese equilibrio entre ser eficiente (y, por ejemplo, a nivel global aportar recursos para erradicar el hambre); pero, también, funcionar en un contexto de respeto climático que contribuya a minimizar el impacto medioambiental y preservar bienes tan necesarios como el agua.

Es importante tener en cuenta que, hoy por hoy, la producción agrícola es la responsable de más del 20% de los gases de efecto invernadero: solo este dato hace necesario marcar ese horizonte de sostenibilidad como una prioridad para todos los agentes implicados en el desarrollo de cultivos.

 

¿Qué aspectos caracterizan a la agricultura sostenible? 

En busca de esta sostenibilidad a largo plazo, hay varios factores que suman para hacer que los cultivos realmente contribuyan a ese objetivo. Destacamos cuatro:

  • Que minimicen su huella ambiental: ya sea por la reducción de elementos como fertilizantes o la energía que se ha de destinar para favorecer su crecimiento
  • Que no contribuyan al cambio climático, reduciendo su emisión de gases de efecto invernadero
  • Que protejan la biodiversidad del suelo, para disminuir la erosión
  • Y, por supuesto, que preserven el uso de agua, para luchar contra su escasez

Muchas veces se asocia sostenible a ecológico… Si bien sostenibilidad y ecología son conceptos perfectamente compatibles, es cierto que la agricultura sostenible no tiene por qué ser exclusivamente ecológica; pero sí exige que sea eficiente para cumplir con los criterios que acabamos de ver.

 

¿Tenías idea de que las legumbres tenían tanto que decir en cuanto a ahorro de agua y sostenibilidad? ¡Ya tienes una razón más (¡y de peso!) para apostar por ellas!