Lentejas por el mundo

Lentejas con chorizo. ¿Hay algo más castizo y español? Para el carro, para. Si crees que las lentejas son un exclusivo patrimonio patrio es que has viajado poco

Unas lentejas con chorizo son rotundas, saludables, sabrosas y tan castizas como la tortilla de patata. Pero ten cuidadito. Antes de que te envuelvas en la bandera, para dar gritos de “yo soy español, español, español”, enfervorecido y con la cuchara en alto, has de saber que las lentejas, en sus diferentes variantes y como protagonistas de innumerables recetas, están presentes a lo largo y ancho de todo el globo. Las lentejas, como Fernando Arrabal y su mileniarismo… son universales.

¿Sabías, por ejemplo, que en Italia lo más típico en Nochevieja no son las uvas, sino las lentejas con salchicha o Cotechino? Y no sólo hay lentejas en Europa. También está presente otros países, como la India, Grecia, diversos países árabes y también en sudamérica. La diversidad de la lenteja hace que pueda acoplarse al recetario y a las dietas más variadas.

Podrás preguntarte “Pero ¿de verdad hay más de un tipo de lenteja? ¡Si todas me parecen iguales!” Ay, insensato, ¡qué poca fe! Existe la castellana selecta, también llamada “rubia” o “reina”. Es fácil de identificar, por su color y su tamaño medio, por encima de 6 mm. También tenemos la lenteja pardina, con una piel más suave y una textura más consistente. Tiene su propia denominación de origen, es de color pardo, como su nombre indica y de menor tamaño que la castellana, del mismo modo que la verdina, también de pequeño tamaño y tono verdoso. ¿Ves como no son todas iguales?

En países como la India, las lentejas tienen un tremendo protagonismo en el recetario, del mismo modo que lo tiene en arroz en los países asiáticos. Básicamente, se utilizan como acompañamiento de otros platos con verdura o carne o también como plato principal, acompañadas de muchas especias.

De modo general, reciben el nombre de “Dahl” y también pueden conformar la base de un aperitivo cremoso para untar. Para hacer esto último es conveniente que utilices nuestras lentejas ya peladas: tienen menos fibra y tanino, por lo que se digieren más fácil y se cuecen en la mitad de tiempo. Remojar, cocer a fuego bajo durante media hora o 40 minutos, añadir especias y triturar, hasta que tenga consistencia de un paté, más o menos. ¡Hala, piquitos de pan a cascoporro!

En Argentina, utilizando las mismas variedades que usamos en España, hacen un guiso de lentejas muy rico, con mucho protagonismo de carnes y embutidos, posiblemente hermanado con sus famosos asados, y muy similar a nuestras lentejas estofadas. Si no te importa dormir una siesta larga después… también podrías probar suerte.

 

¿Sigues pensando en la “lenteja única”, como el anillo de Frodo? Como ves, hay multitud de tipologías y está presente en diferentes formas de entender la gastronomía, pudiendo acercarte a ellas, de manera innovadora y exótica, con recetas como la samosa de lentejas. Estas empanadillas de forma triangular puedes elaborarlas con pasta filo y acompañarlas de salsas especiadas o salsas de yogur.

También puedes ponerte “en plan oriental” con una pita de lentejas, como alternativa de aperitivo diferente, para ofrecer a cualquier invitado en casa una forma saludable de comer, además de hacerle sentir como Marco Polo. Es verdad que hay pocas cosas tan españolas como un buen plato de lentejas. Pero no cierres tu universo culinario e investiga otras posibilidades. Aparte de garantizarte una ingesta de nutrientes adecuada y de mucha variedad, podrás recuperar el gusto por las lentejas, además de por otras legumbres, ya que eres de la generación que se saltó las legumbres.

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